Juani Bellido era un scout de la patrulla Aguilas conocido dentro de la tropa como «Culifrutti».

En campamento como ocasión especial solían repartir entre los scouts que quisieran entre una y dos cucharadas de conserva de durazno o de tuttifrutti (de frutas variadas).

Un día durante la repartición Juani al querer que le sirvan este último sabor dijo en lugar de tuttifrutti, culifrutti con lo cual indirectamente se puso el sobrenombre

Un día los aguilas, a inicios de los 80, se fueron de caminata a espaldas de campamento (entre cerro colorado y la panamericana sur, con ellos había ido chicho y cabubi.

A medio camino «culi», a quien cariñosamente dábamos este diminutivo, comenzó a sentirse mal al punto que se tumbó el el piso sin querer caminar. En esá época chicho era estudiante de medicina pero por su falta de experiencia se tocó de nervios por lo que pidió a un scout que vaya a avisarle a José Zorrilla, quien en ese momento tenía el rol de jefe de tropa.

Ya era avanzada la tarde y José se encontraba en la carpa de la jefatura cuando fue avisado del incidente, por lo que sacando dinero de su casaca para cualquier eventualidad, enrumbo hasta donde se encontraba el scout enfermo. Lo encontró con fiebre y desabrigado por lo que pidió traigan bordones y frazada y mediante una camilla improvisada lo cargaron hasta la carretera con el objetivo de llevarlo al hospital en San Vicente de Cañete porque en ese tiempo Cerro Azul no contaba con un centro de salud.

El día terminaba, estaba oscureciendo y ningún auto paraba a recogerlos, de pronto un señor de ascendencia japonesa quien se dirigía a Lima al verlos dio media vuelta y luego de las explicaciones del caso los llevó en su auto hasta San Vicente sin cobrar un solo centavo.

En medio camino dada la urgencia el Sr manejaba muy rápido por lo que José recuerda que chicho a modo de broma y medio en serio le decía – Señor no vaya muy rápido que no va a ser uno vamos a ser cuatro!!!.

Al llegar al hospital y en medio de su habitat, chicho se transformó y comenzó a solicitar estetoscopio, gasa, alcohol y todo de tipo de material médico tal cual un medico cirujano experimentado haría. A ese ritmo solo le falto pedir el escalpelo para comenzar a operar.

Finalmente salió el medico de guardia y luego de revisar a Juani le dió unas pastillas recomendando a José que lo iba a dejar en observación hasta el día siguiente.

El japonesito ya se había ido por lo que José, chicho y un scout más regresaron a campamento bastante tarde. Al día siguiente recogieron a culi totalmente recuperado.

Lo interesante de la chapa es que no solo lo alcanzó a él sino a toda su familia. Un día, nos contó Juan Diez que siendo parte de la jefatura, fue invitado a tomar lonche en la casa del Doctor Bellido, quien era abogado y padre de culifrutti.

Mientras se encontraba tomando su café, en medio de la reunión, el Dr. Bellido le dijo – oye juan a mi me encanta el grupo, a todos les ponen sobrenombres – a lo que Juan le respondió – Si, es una tradición que tenemos en la tropa – a lo que el Dr. Bellido agregó – por ejemplo yo se que a mí me dicen «Don Culi» – Por poco Juan se atraganta con el café.

Lo que no se tocó en esa reunión fue que toda la familia tenía chapa: Don Culi, la señora Culi, su hija Elisa, la culi. Un dia llegó una prima y tampoco se salvó pues le pusieron la reculi.

Esa era la tradición en aquellos tiempos y que en mi intención de perennizar tan buenos recuerdos escribo estas líneas a fin de mantener viva la memoria de nuestra querida tropa scout Rimac 75.