Era un caluroso verano de enero del 77, tan solo un mes antes había ingresado al grupo Scout y ahora me encontraba en mi primer campamento en Cerro Colorado Km 129 en Cañete al sur de Lima.

Es conocido que los niños son crueles y más aún con un «pavo» recién salido de casa. Era la primera vez que interactuaba con  otros niños y estos se las sabían todas al punto que mi primer campamento fue un «infierno» hasta que logré adaptarme a esta pandilla de desadaptados (y lo digo con mucho aprecio y con una gran sonrisa)

Resulta que un día estábamos en la carpa de los ardillas y el basenica Juarez, paloma  y otros integrantes de la patrulla se me acercaron con mi cantimplora en mano preguntándome si tenía sed pues en ella decían había Inca Kola (bebida gaseosa muy conocida en Perú de color amarillo). Desconfiado ante tan grande muestra de generosidad me negué, pero a tanta insistencia accedí cogiendo la cantimplora.

Estaba a punto de colocar mis labios en el pico cuando sentí un olor peculiar a urea lo que hizo que en el último instante desista de mi acción. No estando seguro volví a oler a lo que estallando en carcajada toda la carpa se comenzó a burlar dándome cuenta que lo que realmente había en la cantimplora eran orines.

Esto sucedió hace casi 43 años y mientras escribo estás líneas me rio de mi mismo, de lo inocente que era  y de los hdp… que eran mis hermanos Scout de la Rimac 75…

Siempre Listos y buena caza!!!